MISIÓN GRAN RÍO BOLIVIA

"Desde el Gran Río, hasta el confín de la tierra"

( Salmo 72,8 )

ENFERMOS Y ANCIANOS MISIONEROS

Pastoral de los enfermos y ancianos misioneros

La Pastoral Misionera con los Enfermos y Ancianos busca que los enfermos, los que sufren, los limitados físicos, etc., descubran su situación como un llamado al seguimiento más cercano del Señor, para ser transformados en sus discípulos predilectos mediante su Palabra y los sacramentos con el fin de que sean sus apóstoles. De esta manera, se los invita a  ser misioneros a través de la oración y el ofrecimiento de su sufrimiento por las misiones.

Los enfermos están llamados a descubrir, con ocasión de las enfermedades, en los dolores y sufrimientos, una llamada especial del Señor para ser sus testigos con su vida, con sus palabras, con sus actitudes. El enfermo tiene la enorme y maravillosa posibilidad de identificarse con Cristo doliente en la cruz, y hacer carne propia las palabras de san Pablo: “estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí. Vivo de la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí” (Gal 2,19-20).

De esta realidad de fe nace la dimensión misionera universal del enfermo y su dolor: “cuando yo sea levantado en la cruz, atraeré a todos hacia mí”, dice Jesucristo (Jn 12,32). La vida del enfermo convertida en ofrenda desde la cruz de su dolor, adquiere las mismas dimensiones del acto Redentor de Cristo por la salvación del mundo entero. El enfermo, puede cooperar en la obra evangelizadora universal, uniéndose a ella con su sacrificio, sus oraciones, su debilidad, sus soledades, sus abandonos, sus limitaciones, sus lágrimas (esto se conoce como cooperación espiritual con la evangelización).

Aunque parezca difícil, desde su cama, el enfermo puede ser misionero con sentido universal, apoyar con su propio sacrificio la obra de primera evangelización, y colaborar para la conversión de los miles de millones que no conocen a Jesucristo.

El Enfermo - Anciano Misionero

¿Quién es?

  1. El Enfermo o el Anciano misionero es quien, corresponsable en la obra misionera de la Iglesia, ofrece con alegría y paciencia el dolor y soledad, fruto de su condición de enfermedad o ancianidad, para la redención de todos los hombres.
  2. Un cristiano que ora por la propagación del Evangelio en toda la tierra y por la conversión de los que no conocen a Cristo.
  3. Quien ofrece su dolor por la santificación de los misioneros de todo el mundo, y de los agentes de pastoral que trabajan con los enfermos y ancianos.
  1. Hace de su enfermedad y sufrimiento, un medio de santificación, sintiéndose partícipe de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a la que está vinculado desde el Bautismo y a través de la Eucaristía.
  2. Acepta y ofrece con paciencia y alegría, sus sacrificios, dolor, angustias, soledad, limitaciones y otras circunstancias de cada día, y ofrece también su oración por todas aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo y por su conversión, por la propagación del Evangelio en toda la tierra, por las misiones y misioneros de todo el mundo, especialmente por todos los que asisten, visitan y acompañan a los enfermos, por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales a favor de la misión.
  3. Se une a Jesucristo mediante la oración, la lectura de la Palabra de Dios, la práctica de los Sacramentos (Unción de los enfermos, Reconciliación y Eucaristía).
  4. Testimonia con su ejemplo vivo e irradia su fe, su esperanza y caridad a los miembros de su propia familia, a sus amigos y a los otros enfermos.
  5. Es él también, apóstol para otros enfermos, orando por ellos, apoyándolos en su enfermedad mediante cartas, llamadas telefónicas, visitas si le es posible.

Compromisos del Enfermo y el Anciano Misioneros

  1. Hacer de mi enfermedad y sufrimiento, un medio de santificación, sintiéndome partícipe de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a la que estoy vinculado desde el Bautismo y a través de la Eucaristía.
  2. Ofrecer diariamente mi dolor por la propagación del Evangelio en toda la tierra, junto con mis oraciones por los misioneros del mundo, por todos los que asisten, visitan y acompañan a los enfermos en todo el mundo.
  3. Aceptar y ofrecer con paciencia y alegría, mis sacrificios, angustias, soledad, limitaciones y otras circunstancias de cada día por todas aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo y por su conversión.
  4. Testimoniar con mi ejemplo vivo e irradiar mi fe, mi esperanza y caridad a los miembros de mi propia familia, a mis amigos y a los otros enfermos.
  5. Unirme a Jesucristo con la oración, con la práctica de los Sacramentos y ofrecerme diariamente como hostia viva al Padre Dios, en el cáliz del sufrimiento y de las limitaciones de mi enfermedad o edad.
  6. Sentir la cercanía maternal de la Virgen María quien, de pie junto a la cruz, contribuyó como ninguna en la obra de nuestra redención desde su propio sacrificio, y encomendarme a ella con sentido filial.
  7. Meditar y profundizar los misterios de la vida, pasión y muerte y resurrección del Señor, principalmente a través de la lectura de la Biblia, para encontrar en ellos la fortaleza para luchar contra todo lo que pueda ser ofensa a Dios o al prójimo.
  8. Ser yo también apóstol para otros enfermos, orando por ellos, apoyándolos en su enfermedad mediante cartas, llamadas telefónicas, visitas si me es posible.
  9. Ofrecer mi dolor por la santificación y perseverancia de los misioneros, y de los agentes pastorales que trabajan con enfermos y ancianos en todo el mundo.
  10. Rezar por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales, de personas comprometidas con la evangelización y especialmente de la atención pastoral de los enfermos y ancianos.

Si te interesa ser parte de los enfermos y ancianos misioneros registra tus datos en el siguiente Formulario

También puedes comunicarte con el Hermano Marcelo MGR al número de WhatsApp: +591 69333321 o hacer click en el siguiente botón

ORACION DEL ENFERMO MISIONERO

Señor y Dios mío, te adoro

y te doy gracias por un día más de vida.

Tú conoces mi existencia, sabes de mi dolor.

Has visto mis ojos llorar, mi rostro triste,

mi cuerpo doliente y la tristeza que ha pasado mi alma.

Seguiré tus pasos, porque “tu yugo es suave y tu carga ligera”.

Hazme comprender tus sufrimientos, tu amor hacia los hombres.

Sé que estoy cumpliendo en mi vida,

lo que le falta a tus dolores de Cruz.

Ayúdame a sufrir con alegría, sin quejarme.

Ayúdame a sufrir con amor.

Te pido por todos los misioneros, las personas que sufren,

los pobres, los abandonados, los enfermos,

los que no tienen si quiera un poco de cariño,

especialmente por todos aquellos que no te conocen.

Te pido por todos los enfermos y ancianos misioneros del mundo,

para que perseveren con fortaleza

y valentía en este camino de la oración y la entrega total,

en beneficio de la salvación de los hombres.

Señor, sé que todo, también el dolor,

los dispones para bien de los que amas.

Te ofrezco el descanso y todos los momentos de esta noche

y te ruego me conserves sin pecado.

Te pido perdón por todas las faltas

que pude haber cometido a lo largo de este día.

A ti encomiendo mi alma y te entrego mi vida.

Toma Señor mi cansancio y hazme reposar en tu presencia.

Amén